En el año nuevo, nos mueve la esperanza
Por: Mario J Paredes
La llegada de un año nuevo es una magnífica oportunidad para el cambio, para la renovación de las promesas incumplidas, de propósitos irrealizados o de metas soñadas y que se convierten en el motor de la historia personal, familiar y social. Es una época propicia para evaluar, cambiar, mejorar, recomponer, reinventar, proyectar y recomenzar la andadura del camino de la vida con nuevos ímpetus y renovadas motivaciones.
La llegada de un año nuevo es un tiempo propicio para seguir esperando días mejores. Es un tiempo para darle paso a la esperanza. Quizá ninguna coyuntura, ningún momento, simboliza mejor nuestras esperas de la esperanza como la llegada de un nuevo año. La llegada de un año nuevo simboliza y celebra lo que somos: seres de y en esperanza. Porque los seres humanos vivimos gracias a que soñamos, nos ilusionamos y esperamos un mañana mejor que el presente. La esperanza es el motor de la vida del ser humano. Si no esperásemos la vida no tendría sentido, no valdría la pena vivir. Y así, entre las cotidianas esperas de la esperanza, de los mejores y más nobles anhelos de todo ser humano, se nos va la vida esperando tiempos mejores.
Es la esperanza de un mundo mejor la que a todos nos mantiene, nos sostiene y nos empuja cada día en nuestro ser y quehacer cotidiano. Somos hombres y mujeres que vivimos en la esperanza de un mañana mejor y es esta esperanza la que jalona nuestro presente. La esperanza por una mejor humanidad se resiste a morir.
Nadie desconoce las difíciles circunstancias, de toda índole, personales, familiares, asociales, nacionales, internacionales y mundiales de esta coyuntura histórica en la que nos correspondió vivir. Entonces nunca fue tan necesaria esta esperanza de lo “nuevo” y de las esperanzas de mejoría, de cambio y renovación que la llegada de un nuevo contiene.
Una brevísima revisión y lectura del panorama de contradicciones, de inequidad, de corrupción y de injusticia en todos los estamentos e instituciones de la sociedad y del mundo nos desafía y nos compromete a todos a dar lo mejor de nosotros mismos para hacer posible el mundo nuevo y mejor con el que todos soñamos.
Ante los motivos para el pesimismo y la tristeza ha de surgir el optimismo y el empeño de todos por construir un mejor mundo, una mejor sociedad, mejores familias y mejores historias personales, con nuestras pequeñas y grandes decisiones, con nuestras actividades y labores cotidianas, a partir de mejores valores y mejores formas de relacionarnos los unos con los otros.
Todos tenemos que replantearnos y preguntarnos cada día y con mucha seriedad y honestidad: ¿Cuál es el proyecto individual de vida que queremos para cada uno de nosotros? ¿Cuál es el tipo de sociedad que queremos construir y en el que queremos vivir nosotros y los que vienen? ¿Cuál es el tipo de sistema político que anhelamos, que elegimos, que deseamos para nuestros pueblos? ¿Cuál el tipo de sistema económico en el que queremos vivir y con el que queremos disfrutar cada día el don de nuestra existencia humana? Y, muy importante ¿Cuál es el planeta en el que queremos habitar, para poderlo entregar, con las mejores condiciones de vida humana posible, a las futuras generaciones?
Cuando inauguramos el año nuevo 2023 los invitos a todos a que, unidos, trabajemos por hacer realidad los mejores sueños que alientan nuestra existencia, para lograr una nación y un mundo donde podamos seguir creyendo, amando y esperando....
Los invito a la construcción de un Año Nuevo que sea verdaderamente NUEVO por la NOVEDAD de nuestras vidas, para construir la esperanza en medio de la realidad de desesperanza que cotidianamente nos desafía. ¡AÑO NUEVO, VIDA NUEVA!
Mario J. Paredes es presidente ejecutivo de SOMOS Community Care, una red de 2,500 médicos independientes —en su mayoría de atención primaria— que atienden a un millón de los pacientes más vulnerables del Medicaid de la Ciudad de Nueva York.
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