Esperanza para dar gracias

Por: Mario J Paredes

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La gratitud es una virtud que engrandece al ser humano. La capacidad de dar gracias surge del reconocimiento del bien, de lo bueno, en lo que somos, tenemos y nos acontece. Esta virtud, esta capacidad humaniza, engrandece y hace feliz a la persona que es capaz de dicho reconocimiento. Y, por el contrario, es triste e infeliz aquella que es incapaz de abrir los sentidos para tomar conciencia de la existencia del bien en su vida.


Ser capaces de agradecer es ser capaces de reconocernos finitos, limitados, no autosuficientes sino dependientes, necesitados de otros para vivir y convivir. Por lo que – al mismo tiempo – la actitud del ser humano agradecido es también una postura solidaria y de comunión con los otros, con la vida, con el universo, con el Trascendente.


Es admirable que un día dedicado a la gratitud, al agradecimiento, a “dar gracias” se haya convertido en la fecha anual más importante en la vida de los Estados Unidos; en la fecha que a todos nos congrega y nos hermana, en la fecha que a todos nos alegra, la que más celebramos y la que nos identifica como sociedad humana y como Nación.


Por eso, también, es una fecha muy importante y oportuna para reflexionar sobre el contenido de lo que celebramos en el DÍA DE ACCION DE GRACIAS y sobre los grandes temas que a todos nos importan, nos unen y constituyen como Nación.


¿Por qué damos gracias? ¿Qué motivos tenemos para agradecer? ¿A quién damos gracias? ¿Para qué dar gracias? Estas y otras preguntas están implícitas en nuestra fiesta nacional del día de ACCION DE GRACIAS, y son preguntas que, de no resolverse y responderse, razonable y convenientemente, hacen que dicha celebración vaya perdiendo su sentido, su verdad, su valor y significado y, entonces, esta y otras celebraciones corren el riesgo de convertirse en rutina, en una fecha más, por la inercia del calendario, en una costumbre y en una tradición más vaciada de contenido.


Aunque es del conocimiento público, general y nacional, el acontecimiento que da origen a esta fiesta: la acción de gracias que compartieron los fundadores de esta Patria con los habitantes originarios de estas tierras; nos corresponde a nosotros actualizar, renovar o encontrar el sentido y significado que hoy tiene dicha celebración de ACCION DE GRACIAS, en nuestras propias y siempre cambiantes circunstancias históricas, políticas, sociales y culturales, para continuar celebrando esta fecha, para continuar válidamente “dando gracias”.


¿Qué motivos personales, familiares y sociales tenemos hoy para continuar agradeciendo? ¿Estamos construyendo familias y sociedades con motivos para agradecer? ¿Estamos construyendo comunidades humanas en las que todos tengan motivos para dar gracias? Es difícil el momento histórico actual en el que la humanidad entera se encuentra inmersa y sufre. Son muy difíciles los temas que a todos nos afectan a nivel personal, familiar, social, nacional, internacional y mundial.


Porque vivimos tiempos de pandemia y post-pandemia, de altísima inflación, de desempleo, de desaceleración económica con grave riesgo de recesión nacional y mundial, de guerras, de tragedias por fenómenos naturales y de cambio climático; tiempos de importantes cuestionamientos al fenómeno de la globalización, de enorme polarización política aquí como en otras latitudes; tiempos de enormes oleadas de migración humana en todos los rincones de la tierra, de descrédito mundial de los partidos políticos y de las instituciones religiosas y gubernamentales, y de grandes injusticias e inequidades entre personas, pueblos y naciones que generan nuevas y graves formas de violencia y de muerte.


El panorama nacional y mundial, entonces, no es el más alentador y, sin embargo, seguimos viviendo porque seguimos esperando… La esperanza en días mejores es el motor de nuestra existencia y de nuestra historia personal y colectiva. Pero urge que todos y cada uno de nosotros le demos alas a la ESPERANZA, urge que con nuestras actitudes, hechos, palabras y comportamientos hagamos posible la esperanza para que hagamos posible la GRATITUD. Urge que hagamos posible el BIEN para todos, para que hagamos posible la ACCION DE GRACIAS DE TODOS. Urge que en medio de la desesperanza renazca la esperanza mediante las acciones cotidianas y eficaces de todos y de todas las horas, para que la acción de gracias sea razonable.


Que el DÍA DE ACCION DE GRACIAS sea tal y sea nuestra celebración anual y nacional con verdad, valor y sentido, depende de todos y nos compromete a todos a construir relaciones y espacios de vida, no de muerte, que nos llenen de confianza en el futuro de esta Patria y de la humanidad, para continuar viviendo, para seguir esperando, con razones suficientes y abundancia de motivos para vivir agradeciendo.


Mario J. Paredes es el Secretario de la Fundación Dr. Ramon Tallaj.


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